Aún queda un poco para que diciembre se acabe, pero es que no creo que me vaya a pasar gran cosa de aquí al 31, así que, como buena impaciente que soy, allá que voy.
Y bueno, estas son algunas de las cosas que he ido haciendo a medida que ha ido pasando este mes y entre posts.
SSMom y yo fuimos a un mercadillo navideño a la par que solidario, contribuímos comprando alguna cosilla y comiendo cosas ricas.
Disfruté de largos paseos por la playa antes de que llegara el diluvio universal que nos acompaña estos días en toda la isla. La cual, queridos, se llama Mallorca y, la ciudad en la que vivo, atención, Palma. SÓLO Palma. Esto ha sido siempre así, excepto cuando algún subnormal se puso en plan modernodemierda y añadió el "de Mallorca". Repito: la isla Mallorca, mi ciudad Palma.
Y ya tal.
Me acerqué a ver un concierto mañanero de mis queridos y fabulosos Hattori Hanzo Surf Experience. Ahí, como la fan que soy, totalmente parcial y objetiva.
Con esas amiguis nuevas, me acerqué al mercadillo artesanal de Rata Corner, una de mis librerías más prefes de Palma (SÓLO Palma) y, a parte de comprar algunos regalitos, me metí entre pechos y espalda un burrito de porc negre mallorquí de La Pickup, una food truck que hace ricuras de esas que rebañas hasta el envase de cartoncito en el que viene. Ay omá...
Salí de paseo por la ciudad en la que vivo, Palma, repetido conmigo SÓLO Palma, y no me dio la gana hacer la misma foto de los mismos sitios con las mismas luces de navidad.
No descarto volverme loca y acabar haciendo esa maldita estampa navideña en la que se ha convertido el Born o nuestra pequeña Rambla, pero vamos, que de momento me considero de la resistencia.
SSMom me regaló este essssstupendo revistero de aire retro que taaaaaaanto me gusta y que yo estoy usando para mi creciente colección de vinilos. De los que tenía de antes y de los que me voy agenciando cuando encuentro algo viejuno de verdad y a un precio que me pueda permitir. Por el momento sigo siendo una desempleada.
Mientras envío mi currículum y mi portfolio, me pongo mi vermut y mis banderillas Toreras picantes mientras me hago de comé, porque una tiene que ser consciente de sus limitaciones: los vermuses en los bares de a poquito, que hay que contenerse hasta nuevo aviso.
Hace un año ya de nuestra primera foto, de Frida y mía. De ese primer día que pasó en casa, previa noche que me dio la cabrona, despertándose cada dos horas después de haberme ido al pre-estreno de Star Wars: The Force awakens la madrugada anterior. Habiéndome pasado el día de team building en un viñedo-bodega con mis compañeros de mi anterior trabajo, previo infierno laboral dirigido por una loca del coño bipolar, a la cual espero que el año nuevo le traiga unas cuantas patadas en la boca.
Con todo el resquemor del mundo.
Me compré el primer libro de mi gurú espiritual, Odín Dupeyron, Colorín colorado este cuento aún no se ha acabado.
Y me lo leí el tirón. Y me ha parecido estupendo, porque te lo pone todo muy clarito sobre la vida contado en formato cuento de princesas, dragones y torres de castillo de las que escapar. Sencillo, fácil de leer y sin pretensiones de cambiarte la vida. Pero a mí, queridos, me ha dado un punch. Pero sobre todo el punch, como ya sabéis, me lo dio su charla. De alguna manera el universo, el karma, los chakras o lo que sea han hecho que se cruce en mi camino y a mí me ha resultado ma-ra-vi-llo-so abrir los ojos con respecto a MÍ y saber que me caigo bien, que creo que soy muy maja y que me he pasado un montón de tiempo intentando esconder mi verdadero yo.
Dejadme vivir mi satisfacción y sorpresa, por favor, no os voy a dar la paliza con este señor, que si queréis lo investigáis y si no, pues no. Pero dejadme alucinar un poco con mi auto-descubrimiento sobre mí misma. Ha pasado ya una semana y no me he encontrado en ese mar de lágrimas y lamentaciones varias. Y, es que además, no tengo más ganas de llorar. Y la situación no ha cambiado, es la misma, pero es mi actitud la que ha cambiado. Pero aquí, la repanocha, es que mi actitud normal, originaria, la intrínseca en mí, con la que vengo de serie, es esta. La que estoy usando ahora. ¡Y lo estoy flipando muy fuerte! ¿Por qué me he estado torturando todo este tiempo intentando taparme? ¿Qué me ha impulsado a no querer ser yo?
Dejadme con mi flipamiento, por favor, me da igual que me llaméis pesada o lo que sea. Es que me da igual, pero de buen rollo porque la sensación que yo vivo desde que he comprendido todo esto es tan fantástica como cuando llevas mucho tiempo malito, no tienes ni idea de lo que te pasa, te hacen muchas pruebas, pasa el tiempo y, un día, te dicen por fin qué te pasa. Y sabes a lo que atenerte.
Espero estar usando el símil correcto, porque para mí ha sido muy difícil dejarme salir. Y sé, que he estado tanto tiempo "escondida" bajo mi particular capa de invisibilidad que voy a tener a acostumbrarme a quitármela de vez en cuando.
Bueno, esto ha sido un gran trabajo de investigación sobre mí misma. Un proceso largo, muy doloroso, lleno de porqués, de dudas infinitas, de incertidumbre y miedo a que, si me dejaba ver, no fuera lo que los demás esperaban.
Y tanto si soy como si no lo que los demás esperan, está bien. Y no pasa nada.
Por si acaso, no me quiero pillar los dedos, y si me ocurriera u ocurriese algo más en lo que queda de año, ya si acaso vengo con el bis 2 :)
Os dejo con una de mis cancionzacas favoritas del Around the Fur de los Deftones, Be Quiet And Drive (Far Away). Este álbum fue publicado en 1997* y en este vídeo, Chino Moreno era la mitad de lo que es ahora y me tenía muy, muy loca.
* Iba a decir que estaba en plena regresión al grunge y rock de los 90, pero la verdad es que nunca me he salido de ese tipo de música. Presumo de tener una base musical bastante buena y enraizada en el rock clásico de los 50 y su evolución por los 60, aunque mi década favorita sea la de los 70 (para mí, puede que una de las mejores décadas musicales de toda la historia de la humanidad), así que es normal que mis aspiraciones siempre hayan sido a convertirme en RockStar.
Diciembre 2016:
- Comencé el resumen de este año en este post. ¡Y con bonus tracks y todo!
- Os conté 39 cosas de mí en este año 2016.
- Tuve un fin de semana estupendo con amiguis nuevas y de un plumazo, se me fue todo a la mmmmierrrrda. El domingo por la tarde y el lunes por la mañana era yo todo un mar de lágrimas y lamentaciones varias, hasta que tuve una revelación en cuanto escuché a Odín Dupeyron.
Y bueno, estas son algunas de las cosas que he ido haciendo a medida que ha ido pasando este mes y entre posts.
Y ya tal.
No descarto volverme loca y acabar haciendo esa maldita estampa navideña en la que se ha convertido el Born o nuestra pequeña Rambla, pero vamos, que de momento me considero de la resistencia.
Con todo el resquemor del mundo.
Me compré el primer libro de mi gurú espiritual, Odín Dupeyron, Colorín colorado este cuento aún no se ha acabado.
Y me lo leí el tirón. Y me ha parecido estupendo, porque te lo pone todo muy clarito sobre la vida contado en formato cuento de princesas, dragones y torres de castillo de las que escapar. Sencillo, fácil de leer y sin pretensiones de cambiarte la vida. Pero a mí, queridos, me ha dado un punch. Pero sobre todo el punch, como ya sabéis, me lo dio su charla. De alguna manera el universo, el karma, los chakras o lo que sea han hecho que se cruce en mi camino y a mí me ha resultado ma-ra-vi-llo-so abrir los ojos con respecto a MÍ y saber que me caigo bien, que creo que soy muy maja y que me he pasado un montón de tiempo intentando esconder mi verdadero yo.
Dejadme vivir mi satisfacción y sorpresa, por favor, no os voy a dar la paliza con este señor, que si queréis lo investigáis y si no, pues no. Pero dejadme alucinar un poco con mi auto-descubrimiento sobre mí misma. Ha pasado ya una semana y no me he encontrado en ese mar de lágrimas y lamentaciones varias. Y, es que además, no tengo más ganas de llorar. Y la situación no ha cambiado, es la misma, pero es mi actitud la que ha cambiado. Pero aquí, la repanocha, es que mi actitud normal, originaria, la intrínseca en mí, con la que vengo de serie, es esta. La que estoy usando ahora. ¡Y lo estoy flipando muy fuerte! ¿Por qué me he estado torturando todo este tiempo intentando taparme? ¿Qué me ha impulsado a no querer ser yo?
Dejadme con mi flipamiento, por favor, me da igual que me llaméis pesada o lo que sea. Es que me da igual, pero de buen rollo porque la sensación que yo vivo desde que he comprendido todo esto es tan fantástica como cuando llevas mucho tiempo malito, no tienes ni idea de lo que te pasa, te hacen muchas pruebas, pasa el tiempo y, un día, te dicen por fin qué te pasa. Y sabes a lo que atenerte.
Espero estar usando el símil correcto, porque para mí ha sido muy difícil dejarme salir. Y sé, que he estado tanto tiempo "escondida" bajo mi particular capa de invisibilidad que voy a tener a acostumbrarme a quitármela de vez en cuando.
Bueno, esto ha sido un gran trabajo de investigación sobre mí misma. Un proceso largo, muy doloroso, lleno de porqués, de dudas infinitas, de incertidumbre y miedo a que, si me dejaba ver, no fuera lo que los demás esperaban.
Y tanto si soy como si no lo que los demás esperan, está bien. Y no pasa nada.
Por si acaso, no me quiero pillar los dedos, y si me ocurriera u ocurriese algo más en lo que queda de año, ya si acaso vengo con el bis 2 :)
Os dejo con una de mis cancionzacas favoritas del Around the Fur de los Deftones, Be Quiet And Drive (Far Away). Este álbum fue publicado en 1997* y en este vídeo, Chino Moreno era la mitad de lo que es ahora y me tenía muy, muy loca.
* Iba a decir que estaba en plena regresión al grunge y rock de los 90, pero la verdad es que nunca me he salido de ese tipo de música. Presumo de tener una base musical bastante buena y enraizada en el rock clásico de los 50 y su evolución por los 60, aunque mi década favorita sea la de los 70 (para mí, puede que una de las mejores décadas musicales de toda la historia de la humanidad), así que es normal que mis aspiraciones siempre hayan sido a convertirme en RockStar.